¿Qué es una estrategia push en marketing?
La estrategia push en marketing se basa en llevar el producto directamente al consumidor mediante una distribución activa. Para ello, esta estrategia hace uso de intermediarios como minoristas, distribuidores y mayoristas. Su objetivo es asegurar que el producto esté disponible en el punto de venta y se promocione directamente a los clientes potenciales. Se emplea en mercados donde la demanda no es espontánea o cuando se busca introducir un producto nuevo.
¿Cuándo deberíamos aplicar una estrategia push?
Las estrategias push nos permiten llegar a un mayor número de usuarios, ya que nosotros controlamos el alcance de las campañas en función de nuestro presupuesto. Esto nos permite generar un volumen mayor de leads y conversiones con más rapidez.
Por todo ello, las estrategias push pueden ser adecuadas cuando buscamos obtener resultados a corto plazo o cuando existe cierto desconocimiento sobre la marca o sobre la necesidad que resuelve. También son útiles como complemento a las estrategias pull, por ejemplo, una campaña de anuncios en redes sociales para atraer más tráfico al sitio web y así generar más leads.
5 ejemplos de estrategias push
Entre los mejores ejemplos de estrategias push que puedes aplicar están los siguientes:
- Promociones en el punto de venta: asegurar una ubicación estratégica de tu producto con descuentos o exhibiciones llamativas en supermercados y tiendas.
- Fuerza de ventas directa: trabajar con representantes comerciales que presentan y venden tu producto directamente a distribuidores o minoristas.
- Descuentos por volumen: ofrecer incentivos a mayoristas para que adquieran grandes cantidades de tu producto y los revendan a minoristas.
- Publicidad en medios tradicionales y digitales: ejecutar campañas en televisión, radio, prensa, redes sociales y Ads para reforzar la visibilidad de tu producto.
- Merchandising y material promocional: uso de displays, stands y material gráfico en tiendas para atraer compradores.